En el cerro de forma troncocónica, situado al sur del pueblo de Espeja, que llamamos San Cristóbal, se encuentra, mirando hacia el pueblo, una sabina muy peculiar.
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Ha crecido en una roca caliza, sus raíces están hundidas en ella y la ha rajado.
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Pero lo más notable es que estas raíces se han transformado en tronco, elevándose sobre la base más de dos metros y llevándose hacia arriba una porción de roca.
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Se hace notar que, por aquí, a las sabinas se les llama jabinos. Salvo en casos en que por su porte o longevidad, se se les feminice y se les llame jabinas.