El viernes fuimos a la recreación del Via Crucis en Arauzo de Miel. Es un municipio y localidad de Burgos, a unos 20 kilómetros de Espeja de San Marcelino, en la comarca de la ribera del Duero Burgalesa.
A las 18:00 empezaba la misa y a las 19:00 salían muchos de los vecinos de la iglesia, disfrazados para la ocasión, y se congregaban en un monte al norte de la iglesia, pasado el cementerio, donde comienza el Sendero de Pinarejos.
Esta pasión viviente incluye desde la última cena hasta el traslado al sepulcro de Jesucristo. Los puntos del recorrido donde se recrean las principales escenas están marcados con cruces, y en cada uno de estos lugares dos participantes relatan los acontecimientos, que se retransmiten por megafonía.
En la parte baja del monte hay dos escenarios donde se recrea el juicio de Jesucristo. Tras esto comienza su ascenso por la vía del Calvario, rodeado por los romanos y seguido por sus acompañantes. Las diferentes etapas del ascenso se recrean con cuidado, y resultan muy emotivas.
Al llegar arriba, donde se pueden disfrutar de buenas vistas de la comarca, se recrea la crucifixión de Jesús y los dos ladrones en un entorno muy apropiado. En general, el Via Crucis en Arauzo de Miel nos ha parecido muy bien hecho y emocional, menos abarrotado que otros y con unas caracterizaciones muy elaboradas. Un gran trabajo por parte de los vecinos de este municipio, que esperamos disfrutar muchos años más.
Al acabar la pasión viviente, dimos un paseo por el pueblo. Fue bastante próspero en la época de la carretería y la resinación, lo que se nota en las edificaciones de sillería. Además aún conserva algunas chimeneas pinariegas y pueden verse diferentes escudos en varias fachadas.
